miércoles, 5 de agosto de 2009

2º Medio La Confirmación, sacramento de la madurez

Por el sacramento del Bautismo, el cristiano y la cristiana nacen a la vida de la fe y se integran en la Iglesia. Sin embargo, esta fé es como una semilla que se planta en la tierra: debe crecer y madurar. En el caso de bautismo de niños y niñas pequeños, son los padres y padrinos quienes los deciden y se comprometen por ellos.

Para que la semilla de la fe crezca y se robustezca, es necesario regarla y abonarla con el ejemplo y las enseñanzas de la familia, con el testimonio y la catequesis de la comunidad cristiana y con el alimento de la palabra de Dios y el pan de la Eucaristía.

De esta manera llega un momento en que el bautizado o bautizada toma plena conciencia de querer seguir el estilo de vida de Jesús y se alegra de ser hijo de Dios y miembro de la Iglesia.

Entonces, es el momento de celebrar el sacramento de la Confirmación.

Así, el joven cristiano o cristiana hace suya y confirma la desición que sus padres tomaron el día de su Bautismo.

Por eso, según la práctica habitual, este sacramento marca el final de la inciación cristiana. Gracias a él, el bautizado o bautizada se vincula mas estrechamente a la Iglesia y se compromete ha ser testigo de la Buena Noticia de Jesús, con sus acciones y palabras en todos los ámbitos de su vida: familia, amigos, estudios, trabajo, tiempo libre, vida política y social...

Por todo ello, se dice que la Confirmación es el sacramento que marca la madurez cristiana.

TRABAJO PERSONAL SEGUNDO MEDIO SAN FRANCISCO

1.-Desde el ámbito del conocimiento y fundamentos de la fe, que se refiere a las ideas y convicciones que tenemos de Dios, de la iglesia y todos los aspectos de nuestra identidad cristiana:
¿Qué es lo que sabes y piensas de tú fe?
2.-Desde el ámbito de lo afectivo lo motivacional, que se refiere a la disposición afectiva que tiene el creyente a todo lo relacionado con su fe:
¿Qué es lo que sientes de tú fe?¿qué te motiva a expresar tú fe?
3.-Desde la dimensión operativa o comportamental de la actitud de la fe, que se refiere a la necesaria coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se cree y lo que ora:
¿Qué es lo que realizo para ser coherente con mi fe?

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